Brasil: continúa el debate por ley de juego

«Los agentes acreditados por los casinos del Mercosur se llevan a los jugadores brasileños y les ofrecen alojamiento en hoteles-casino de estos países», explicó el presidente del Instituto Brasileño del Juego Legal.

Brasil.- Para insistir sobre la necesidad de legalizar los juegos de azar en el país más grande de Latino América, Magno José Santos de Sousa, el presidente del Instituto Brasileño de Juego Legal,  se refirió a la recaudación de impuestos que significaría permitir que los consumidores nacionales inviertan en Brasil, aproximadamente unos $17 billones de reales ($4,47 billones de dólares) por año. El titular destacó que el 70 por ciento de los jugadores en salones de juegos de azar en Uruguay son brasileños.

«Quien no está del lado de la legalización, está del lado de la ilegalidad y no podemos aceptar esto. El congreso debe decidir con urgencia su posición sobre este tema», sentenció Herculano Passos, diputado del bloque PSD-SP. 150 mil brasileños al año llegan a Las Vegas, mientras que se calcular 200 mil en total por el resto del mundo. Según los resultados de Sousa, el país latinoamericano está exportando una cantidad de jugadores, consumo y dinero que podrían invertirse en Brasil para mejorar distintas áreas estatales. «A falta de un marco regulador en el área del juego, los brasileños terminan apostando en otros casinos de América del Sur, especialmente Argentina, Uruguay y Paraguay», denunció el presidente del instituto.

La Cámara de Diputados y de Senadores actualmente están estudiando las propuestas para regular la industria, ya que se volvieron innegables los conflictos delictivos que acarren las actividades de juego clandestinas. En el Senado, la evaluación ya se encuentra en últimas instancias y a fines de este mes podrá ser enviado a la Cámara. Según las estadísticas, el 71.16 por ciento de los 156 países que constituyen la Organización Mundial del Turismo legalizaron la industria del juego, la mayoría de los países musulmanes conforman el porcentaje que aún no avanzó en la materia.